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Almería condensa historia milenaria, arquitectura singular, paisajes desérticos únicos en Europa y calas volcánicas de aguas transparentes. En tres días puedes combinar patrimonio urbano, museos y gastronomía con playas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar y localidades costeras como Roquetas de Mar o Carboneras. Aquí va un itinerario optimizado y muy fácil de seguir.
Fortaleza del siglo X ordenada por Abd al-Rahman III y emblema de la ciudad. Recorre murallas, jardines y aljibes y asómate a sus miradores: son las mejores vistas de Almería y su bahía.
Red subterránea de más de 4 km construida en 1937-38. La entrada principal está en la plaza Manuel Pérez García. Una visita impactante para entender la historia reciente de la ciudad.
El puerto está integrado en la trama urbana con paseos y zonas verdes. A un paso, el Cable Inglés (Bien de Interés Cultural) es una joya de la arquitectura industrial del s. XX: antiguo cargadero de mineral conectado por tren con las minas granadinas de Alquife.
Edificio de 1903, obra de Paul Garnier, con elegante estructura metálica y salas interiores hoy reconvertidas. Completa el “díptico” de patrimonio industrial con el Cable Inglés.
Colecciones desde la Prehistoria hasta época islámica, con especial foco en la cultura de El Argar. Ideal para contextualizar lo que verás por la provincia.
Unos 2,5 km paralelos a las playas urbanas, con terrazas y restaurantes. Perfecto para el atardecer.
Dónde comer este día
Tapeo creativo en el centro histórico (zona Catedral/Puerta de Purchena) o cocina marinera junto al puerto. Busca pescados de lonja, pulpo y quisquillas, además de clásicos como el cheriguán, migas o gurullos.
Templo-fortaleza del s. XVI, mezcla de gótico tardío y renacimiento. Fíjate en su carácter defensivo y en el claustro.
Sede de exposiciones temporales y colección permanente con grandes nombres nacionales e internacionales. Una parada imprescindible si te gusta la fotografía.
Recorre la historia del instrumento español por excelencia, con piezas históricas y audiovisuales. Homenaje al luthier almeriense considerado “padre de la guitarra moderna”.
Pausa de mediodía
Mercado Central o tabernas tradicionales en el casco para tapas y raciones.
Tras la comida, pon rumbo al suroeste. Este paraje natural entre Roquetas y El Ejido combina dunas, humedales y salinas con excelente observación de aves. Lleva prismáticos si te gusta el birdwatching.
Playas amplias y familiares, paseo marítimo y el Castillo de Santa Ana (s. XVI), antigua fortificación costera hoy espacio expositivo. Disfruta del ambiente del puerto deportivo al caer la tarde.
Tapas y raciones junto al puerto o en el entorno del castillo. Hay opciones marineras, parrillas y cartas con alternativas vegetarianas.
Una de las playas más icónicas de la costa almeriense: rectilínea, de cantillo fino y aguas límpidas, enmarcada por acantilados. El acceso es en descenso por sendero: lleva calzado adecuado y comprueba el estado del mar.
Pueblo marinero con puerto pesquero y casas encaladas. Buen lugar para comer parrillas de pescado, arroces y verduras a la brasa. Paseo tranquilo por el casco y el paseo marítimo.
Dedica la tarde a varias paradas imprescindibles:
Apuesta por arroces marineros, calderos y fideuás con producto local. En temporada, reserva con antelación.
Como base práctica para combinar ciudad, Roquetas/Aguadulce y las salidas a Cabo de Gata, una opción cómoda y con gran relación calidad-precio es B&B HOTEL Almería Vícar: habitaciones modernas con Wi-Fi de alta velocidad, recepción 24h, café y té gratuitos y fácil acceso a la A-7 para moverte por toda la provincia.
Con este plan de 3 días tendrás una panorámica completa: la Almería histórica y creativa, la potencia natural del Cabo de Gata y el sabor marinero de sus pueblos.